Desde su inicio en 2020, esta comunidad ha crecido día tras día, convirtiéndose en un porta voz de alegría, espacio que mueve la energía positiva, motivación, compañerismo y, sobre todo, la pasión por el deporte de saltos de cuerda. El reto de enseñar a saltar lazo de forma profesional en gimnasios, desembocó para Keisha Pusey grandes desafíos que al final de unos años le entregaron el título de maestra, título alimentado por su fuerte determinación y sello distintivo en su rol como fabricante de cuerdas para saltar. La evolución de esta pasión, hoy por hoy, se refleja en el rostro de todos aquellos que conocen su dinamismo y espacios de aprendizaje.

Su entrega y dedicación han construido mucho más que una clase, han dado vida a una comunidad donde la enseñanza, disciplina y diversión se unen. Admirada y querida por muchos, su impacto va más allá del deporte, dejando huella en cada persona que conecta con su calor humano y profesionalismo.

“No existiera una sola clase, de no existir personas maravillosas con deseos de desafiarse y aprender, no podría ser profesora y mucho menos maestra de no existir mi hermosa comunidad, yo les enseño a dar el salto y ellos me enseñan a educar, sus dificultades son las mías, es por eso que, en la Ronda de Gonga todos aprendemos. La mejor forma de aprender es enseñando. Saltar la cuerda es como la vida misma, la experiencia se adquiere en el bello arte de caer y continuar”